12 julio 2008

...Y LA ESCUELA DESAPARECIÓ

La foto que véis es lo que queda de la escuela de Ocejo. Porque antes, hace muchos muchos años, como en los viejos cuentos, en Ocejo había escuela, y los niños no tenían que irse a otros sitios para estudiar.

Cuando yo era pequeña la escuela ya no existía, y aunque aún no estaba tan mal como ahora, el edificio seguía en pie, a duras penas, eso sí, pero podías ver lo que quedaba de él.

Tengo algunos recuerdos de entrar por una ventana a jugar y a mirar lo que había en el edificio, y si mi memoria no me engaña, creo que alguna vez vimos lo que quedaba de las tareas escolares de antiguos alumnos. Ahora cuando lo pienso, creo que no podía ser posible, pero es un recuerdo bastante nítido como para habérmelo imaginado. Cuadernos con caligrafía, con operaciones aritméticas... Objetos tan abandonados como lo estaba el edificio.

Y a pesar de eso, mi mente no consigue recordar la época en la que la escuela se convirtió en teleclub. Porque eso me dicen, que había una tele y que allí era donde se veía. No lo sé, supongo que ese aspecto del edificio no me interesó lo suficiente como para guardarlo en mis rincones de la memoria. Y luego se fue cayendo poco a poco, ante la pasividad de todos. Es muy triste que nadie hiciera nada para impedirlo, porque observando lo poco que queda, no debía tener mala construcción. Y me extraña que ninguno de los que estudió allí haya intentado conservarlo. Es muy triste pensar que a todos les dio igual lo que estaba pasando con el edificio donde aprendieron a leer por primera vez y a garabatear sus primeras palabras...

A lo mejor yo hubiera hecho lo mismo, no lo sé. A lo mejor también me hubiera dado igual si hubiera sido una antigua alumna. Quiero creer que no, que hubiera hecho algo para impedirlo, porque si no lo creyera, dejaría de ser quien soy. Quiero creer que lo que pasa en mi pueblo me importa, y que por eso me da tanta pena cuando voy de visita y veo tantas cosas que no me gustan... Y no me gustan porque lo siento mío, y siento que no lo tratan como merece, y me da tanta, tanta pena...

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