27 mayo 2008

EL CEMENTERIO

Los cementerios me dan miedo, pero por la noche. Incluso el de Ocejo, en el que descansan todos mis abuelos, algunos tíos e incluso primos, por la noche no me gusta. Supongo que es debido a que aún a mi edad, a veces mi imaginación va por libre en mi cerebro y no obedece a la lógica... Y eso que como dicen muchos: "dan más miedo los vivos que los muertos...".

Por el día es otra cosa, cuando era pequeña me gustaba asomarme por los barrotes de la puerta del cementerio, ya oxidada entonces, y mirar las viejas cruces de hierro, las primeras lápidas o las flores que la gente iba poniendo a sus familiares fallecidos. Y cuando iba allí me acordaba de los míos, los que están allí y recordaba ratos pasados con ellos. Por el día es un sitio muy tranquilo, y desde allí se puede ver todo el pueblo. Y me gustaba pensar que a mis abuelos les hubiera gustado que me acordase de ellos y les hiciera una visita.

Sin embargo, hasta el verano pasado cuando hacía fotos por el pueblo no me dí cuenta de que en la cruz de la entrada de nuestro cementerio hay una calavera. Y me alegro de no haberlo sabido, ya quizá entonces mis visitas hubiesen sido menos frecuentes; justo debajo de esa cruz y agarrada a los barrotes de la puerta era donde yo me solía poner para mirar, y a ciertas edades esos detalles impresionan bastante.

Bueno, de cualquier forma, si visitáis Ocejo, haced una parada por allí, aunque no sea más que por las vistas. A mí, personalmente, desde que han puesto los nichos me parece un sitio más feo, pero supongo que era inevitable que tarde o temprano los pusieran, tampoco es que sobre el espacio para estas cosas.

1 comentario:

Raquel Escanciano dijo...

También mis abuelos, bisabuelos, tíos,.. están ahí.